Polo de Desarrollo, una obra de todos

21 / 09 / 15
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Los “Polos de Desarrollo o de Crecimiento” son zonas geográficas relativamente reducidas en las que se estimula la localización de actividades industriales para que impulsen la actividad económica en un área geográfica de mayor amplitud.

Por lo mismo, no es descabellado pensar en la materialización de un Polo de Desarrollo para Calama como una vía de solución a la escasez de terrenos para uso industrial que existe hace muchos años en la zona, y que afecta principalmente a los empresarios locales que ven dificultada su expansión, hacinamiento y también sustentabilidad.

Por lo demás es un proyecto que debiera estar incorporado en cualquier Estrategia Regional de Desarrollo e, incluso, debiera formar parte de la agenda de concesiones de todo Gobierno, incorporando en su proceso de factibilidad conceptos como el económico, político-administrativo e incluso social, entre otros, pues también tiene que ver con la apertura de oportunidades para la fuerza laboral existente en la zona.

Pero esta gran tarea debe sumar la asociatividad multidisciplinaria de varios organismos públicos y privados. Lo primero que se debe hacer es partir con el traspaso de los terrenos necesarios de parte de Bienes Nacionales, que permitan levantar este anhelado proyecto. El Ministerio de Obras Públicas también puede aportar su experiencia técnica para construir un buen proyecto y favorecer así el mejor acceso al lugar, con amplios espacios públicos, zonas verdes y edificios o bodegas que den vida a esta pionera iniciativa en el caso de El Loa. Incluso su construcción y operación debiera ser licitada para que igualmente participe el sector privado en esta iniciativa. O sea, como dice nuestro eslogan, es una obra de todos y no de algunos.

De esta manera, seremos capaces de concentrar en un punto estratégico de la ciudad la mayor parte de los servicios industriales existentes para así facilitar el acceso de la ciudadanía a las prestaciones que entregan las empresas locales que opten por instalarse definitivamente allí.

Sabemos que el desafío es titánico, sin embargo no tenemos duda que cambiará el rostro de Calama y otorgará a la ciudad nuevos aires de sustentabilidad para sus empresas y también masa trabajadora.

Por Juan González Beltrán, presidente regional de la CChC Calama